Cuando hablamos de un equipo nos referimos a un grupo de personas que comparten un mismo proyecto, y se encuentran comprometidos con una misión común que les debe dirigir hacia el éxito.
En los equipos las relaciones normalmente son utilitarias y se derivan del compromiso de sus miembros para conseguir el objetivo común. Los conflictos, normalmente, se resuelven mediante la confrontación, y lo más importante, son vistos como una fuente para el aprendizaje y de progreso.
Y, entonces ¿qué caracteriza a un equipo de alto rendimiento?:

- Los equipos de alto rendimiento comparten una visión y unos mismos valores, entre otros la corresponsabilidad, solidaridad y apoyo mutuo.
- Se encuentran en busca de la mejora permanente, estando dispuestos a reorganizar sus tareas en función de las necesidades del grupo.
- En su comunicación prima el respeto y aceptación incondicional de cada una de las personas.
- ¿Cómo definen los objetivos? Son definidos por el equipo y dirigidos hacia la visión compartida, cada miembro es importante en su consecución, y está dispuesto a llevar a cabo tareas que correspondan a otro, siempre buscando el beneficio del equipo.
- Se fomenta la autonomía de los miembros, aunque las decisiones que afectan a todos, se toman consensuadamente.
- Se trabaja de manera proactiva para anticipar los problemas y tener previstas acciones correctivas, poniendo foco no solo en los problemas técnicos, sino también los surgidos de las relaciones de sus miembros.
En definitiva, un equipo de alto rendimiento es algo más que la suma de sus miembros, con capacidad de fijarse metas, y tomar decisiones propias. Considerar ese valor añadido y potencial, es lo que hace da sentido al coaching destinado a equipos.
Para reflexionar: ¿Consideras que tu equipo es de alto rendimiento? Como componente del mismo ¿qué podrías hacer para que lo fuera? ¿Qué beneficios tendría?