En el deporte, en la empresa y en la vida, hay situaciones ante las que sentimos estrés y, a menudo, tiene efectos emocionales y físicos indeseados. Además de la repercusión negativa que puede tener en otras facetas de nuestra vida.
¿Por qué aparece el estrés? Pues a a veces porque sentimos
(con razón o sin ella) que no tenemos los recursos necesarios para afrontar una situación; percibimos que nos supera.
¿Qué consecuencias puede tener? Desde empeorar nuestro rendimiento (lo menos grave), burnout, depresión… Y puede hacer que abandonemos la actividad/situación que nos causa estrés. De hecho, cada vez son más las jóvenes promesas que dejan el deporte debido al estrés que les causa.

Ahora sí, aquí van las cinco claves que te propongo para afrontar y prevenir el estrés:
- Ponte objetivos realistas: no quieras abarcarlo todo, ves de uno en uno. Según vayas alcanzando las metas que te propones, acumularás experiencias de éxito, que harán que tu autoconcepto mejore, y al verte con más recursos, disminuirá tu nivel de estrés.
- Trabaja la inteligencia emocional: a medida que entiendas mejor lo que sientes, lo que te transmite y significa cada emoción para ti, y seas capaz de reaccionar de manera constructiva ante ellas, acumularás experiencias positivas, que de nuevo, te ayudarán a disminuir el estrés que sientes. Ten en cuenta que la forma en la que interpretas las situaciones, tiene mucho que ver con la emoción que experimentas.
- Cuida tu diálogo interno: la manera en la que te hablas tiene mucha influencia en tu estado de ánimo. No seas tú quien alimente el estrés, en cuanto percibas que te estás «hablando» de una forma que te perjudica, y que no te ayuda a conseguir los objetivos y fortalecer tu autoestima, cambia el discurso por otro que te haga darte cuenta de los recursos que realmente tienes. Por ejemplo, puedes pensar en otras situaciones en las que has sido capaz de afrontarlas con éxito.
- Medita/ practica mindfulness. Estar presente, en el ahora, centrado/a en lo que haces en cada momento, te va a ayudar a disminuir la «contaminación mental» de pensamientos y preocupaciones que inútilmente alimentan tu estrés. Vive en el ahora con todos tus sentidos, no solucionas nada preocupándote.
- Sigue formándote y desarrollando habilidades. El estrés la mayoría de las ocasiones es consecuencia de un autoconcepto bajo, es decir, de la percepción de que no tienes los recursos, habilidades, herramientas necesarias para hacer frente a la situación, así que sigue formándote para desarrollarlas.

Y por supuesto, si el estrés persiste en el tiempo o no sabes cómo afrontarlo, pide ayuda especializada. Acudir al psicólogo es querer buscar una solución al problema, no es síntoma de debilidad.
María Hernández Guzmán
Psicóloga Organizacional y Deportiva