Una competición tiene que servir para mucho más que para una celebración o para llevarnos un disgusto. Una competición es una oportunidad perfecta de aprendizaje, de seguir mejorando, aprendiendo, desarrollando habilidades, y por qué no, aumentar nuestra autoconfianza.
A continuación, y para no quedarnos solamente en las emociones intensas que experimentamos cuando ganamos o perdemos, hago una propuesta para obtener el máximo provecho de cada competición. En este sentido, una de las funciones del psicólogo deportivo es proporcionar estrategias a deportistas y entrenadores para que puedan realizar un análisis objetivo y obtener aprendizaje cuando se compite, de manera que tras cada competición, seamos mejores, tengamos más herramientas y capacidades.
A continuación, muestro las cuatro situaciones que se dan cuando participamos en una competición, dependiendo de si hemos ganado o perdido, y de si hemos jugado bien o no:
a. Cuando ganamos y además hemos hecho una buena actuación:
Cuando se da esta situación, debemos enfatizar el esfuerzo que se ha realizado, el rendimiento tenido y analizar aquello que nos ha permitido ganar y tener una buena actuación. En este sentido, debemos ser lo más concretos posibles y extraer las conductas y comportamientos, no solo de la competición, sino también de la preparación pre-competición, que nos ha permitido ese desempeño tan satisfactorio, de manera que una vez identificados podamos repetirlo en ocasiones posteriores.
b. Hemos ganado, pero sin embargo, la actuación no ha sido buena.
En este caso, es importante no dejarse llevar por la euforia del resultado, y tener sangre fría para analizar de manera objetiva la actuación, identificando lo que no ha salido cómo esperábamos y las áreas que tenemos que mejorar para la próxima competición.
c. Derrota y buena actuación.
A veces ocurre que el resultado no acompaña a la actuación, así que en estos casos, en primer lugar, hay que agradecer a los jugadores el esfuerzo realizado. A partir de ahí, si identificamos todo lo que hemos hecho bien, sabremos que tenemos que repetir en ocasiones posteriores para seguir buscando el resultado a nuestro favor. Sin olvidar, que en el deporte no todo depende de nosotros mismos, jugamos contra un rival y en unas circunstancias concretas que a veces no podemos controlar.
d. Derrota y mala actuación
Cuando ni el resultado, ni la actuación han sido buenas, es importante identificar los puntos de mejora, tanto de la competición en sí, como de la preparación pre-competición, abarcando en el análisis todas las áreas, física, técnica, táctica y/o psicológica. Además, es positivo que tengamos una charla corta con el equipo para hablar sobre las mejoras que hay que hacer, identificando las dificultades que nos hemos encontrado y que han obstaculizado el plan que teníamos previsto.
El objetivo de este análisis es que lleguemos a lo que en psicología deportiva llamamos «éxito y fracaso controlados». Para ello tenemos que identificar lo que nos ha llevado a ese resultado y situación, qué dependía de nosotros, y así aumentará nuestra percepción de control sobre lo que pasa en el terreno de juego, de manera que, además, aumente nuestra autoconfianza.
