Algunos entrenadores (por suerte, cada vez son los menos) siguen en su intento de motivar a sus equipos y deportistas predominantemente a través del miedo, las amenazas, el criticismo y la intimidación. Aunque estos métodos pueden ser efectivos a corto plazo, en el largo plazo juegan en contra. A continuación detallo a través de ejemplos algunas maneras, clásicas y no recomendadas, utilizadas para intentar motivar y conseguir la ejecución de determinadas conductas:
- Intimidación: pongamos el ejemplo de un deportista que no está jugando bien, ante eso el entrenador, y enfrente de todo el equipo, le dice: «si no empiezas a jugar bien de inmediato te sentarás en el banquillo y no jugarás nada». De esta forma, está intentado obtener resultados en este jugador utilizando una amenaza. ¿Pensáis que así conseguirá motivarle y desarrollar su espíritu de superación y autodesarrollo…?.
- Criticismo: supongamos que un deportista comete un error durante el partido, y en ese instante, se le reprocha con una crítica: «No puedo creer lo descoordinado que eres ¿no puedes hacer algo bien?. ¿De verdad pensamos que los deportistas juegan mal intencionadamente y que criticándoles aumentará su autoeficacia percibida y confianza para afrontar otros retos?
- Crítica con sarcasmo. En este caso, en el que también el deportista comete un error durante la competición, le recriminamos «¿no estás pensando o qué? Un niño pequeño jugaría mejor». ¿Creéis que así el jugador tiene información objetiva para aprender sobre el error y no volver a cometerlo? Permitidme que lo dude.
- Abuso físico. A veces ocurre que un entrenador no está satisfecho con el esfuerzo y la concentración que ha mostrado el equipo durante el entrenamiento y, ante eso, propone esfuerzos físicos en condiciones desfavorables a modo de castigo, como correr un día de mucho calor hasta que no aguanten más. ¿Será la mejor manera de aumentar la motivación de estos chavales para que el próximo día lleguen a entrenar con ilusión y ganas de trabajar?.
- Culpa: en otras ocasiones, el entrenador alude a la parte emocional para tratar de transmitir sentimientos y emociones de culpa, por ejemplo ante las derrotas, con frases como «me habéis defraudado a mi y a la afición». ¿Creéis que de esta forma los jugadores se llevan aprendizaje de la competición y estarán más preparados para competiciones posteriores?
Quizás hemos interiorizado y normalizado que esta clase de aproximaciones negativas a los demás nos ponen en un papel superior de liderazgo y experiencia, y que nos van a ayudar a redirigir comportamientos hacia nuestros objetivos, pero nada más lejos de la realidad.
En lugar de esto, apostemos por un liderazgo basado en valores, en la confianza en el otro, y en estar dispuestos a ser un soporte y ayuda para el desarrollo de nuestros equipos. Pongamos nuestros esfuerzos en ofrecer una enseñanza que se sirva de herramientas y métodos constructivos, donde nuestra experiencia y conocimiento ayuden a nuestros equipos a crecer en confianza, valores e ilusión.
