Mente, creadora de historias

A nuestra mente le encanta crear historias, es como una locutora de deportes que va explicando lo que sucede, y que es experta en encontrar explicaciones, especialmente cuando no las tiene. Esto es así, porque nuestra mente necesita entender por qué pasan las cosas, y cuando le falta información, saca sus propias conjeturas.

Esto es, nuestra mente de manera automática crea conexiones para dar explicación a cómo funciona el mundo, y cuando no sabe realmente qué pasa, hace su mejor suposición. Y estas suposiciones que hacemos continuamente acaban creando nuestra realidad (porque nos las creemos), e influyen en cómo nos sentimos y actuamos.

Si te apetece saber más ¡sigue leyendo!, vamos a revisar un par de ejemplos en los que nuestra mente a costumbra a crear historias:

  • Ante los comportamientos de los demás. Cuando alguien hace o deja de hacer algo, si no preguntamos, no tenemos información objetiva sobre los motivos de esa persona. Sin embargo, nuestra mente cree tener el poder de adivinar las motivaciones o pensamientos que hay detrás de los comportamientos de los demás. En psicología lo llamamos «lectura de pensamiento», y suele llevar a muchos malentendidos que empiezan por: » es que yo pensaba que tu lo que querías era…» o » es que pensé que lo hacías porque…». Moraleja: cuando quieras saber la motivación de alguien por hacer o no hacer algo, antes de sacar tus propias conjeturas, pregunta directamente a esa persona, así evitarás muchos malentendidos.
  • Cuando nos pasa algo y no tenemos toda la información, también sacamos nuestras propias conjeturas. El problema es que las conclusiones a las que llegamos cuando nos falta información normalmente no son objetivas, entre otras cosas, porque dependen de nuestro estado de ánimo. Es decir, que si en ese momento nos sentimos tristes, las explicaciones que nos damos tendrán ese barniz negativo. Esto es normal, pero es importante que seamos conscientes de que las explicaciones que nos damos no son la realidad, son explicaciones que crea nuestra mente y que se ven influidas por nuestras emociones.

Por ejemplo, hay personas que anhelan tener pareja, pasa el tiempo y no la encuentran y acaban haciendo conjeturas de por qué les ocurre esto, como: «quizás es que no valgo lo suficiente», o «quizás es que no soy buena persona», «quizás merezco estar sola», «quizás sea muy poco atractiva»... Empiezan a formar historias de autocrítica para dar explicación a su situación, incluso creando explicaciones más elaboradas como: «quizás no tengo pareja porque no sería buena madre, y lo mejor es que esté sola»… Sin embargo, cuando tratamos de ser objetivos sobre por qué una persona puede no tener pareja, encontramos más explicaciones, como que no solo las buenas personas o las que son atractivas son las que tienen pareja, porque es posible tener pareja incluso aunque las características personales no sean precisamente buenas. Por lo tanto, la historia que había creado sobre por qué no tenía pareja, no es real.

Es importante que podamos cuestionar nuestras narrativas, especialmente cuando nos están haciendo daño. ¿De qué otras maneras podríamos explicarnos la situación de no tener pareja? A veces no se sabe cómo conocer a gente nueva, pero esto nada tiene que ver con la valía como persona y es algo que se pueden aprender. O a lo mejor es porque los hombres o mujeres que he conocido no querían tener relaciones serias…

Y tú, ¿Eres consciente de las historias que te cuentas?

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