Las emociones, nuestras compañeras de vida. Parte 2: comprenderlas.

En el artículo anterior vimos la primera parte en la gestión de las emociones: aprender a tolerarlas (si quieres leerlo te lo dejo por aquí: Las emociones, nuestras compañeras de vida. Parte 1: tolerar la emoción). Ahora vamos a por la segunda: comprenderlas.

Una vez que me he permitido sentir la emoción y me he parado unos segundos a observar en qué parte del cuerpo la siento con más intensidad, es el momento de tratar de descifrar qué me quiere transmitir esa emoción, cuál es su mensaje.

Las emociones, fuentes de información

Las emociones tienen una función muy importante: informarnos de cómo nos influye lo que nos pasa en nuestra vida diaria y en las relaciones con las demás; qué cosas nos gustan, cuáles no y tenemos que poner algún límite… Cada emoción nos proporciona un tipo de información y tiene una función. Veamos algunos ejemplos:

  • El enfado. El enfado tiene una función muy importante: protegernos de algo que nos está haciendo daño o molestando. El enfado genera en nosotras la energía suficiente para que seamos capaces de poner límites. Por ejemplo: si alguien intenta timarnos y nos damos cuenta, seguramente nos enfademos, y gracias a ello nos enfrentaremos a esa persona para no permitirlo. ¿Identificas alguna situación en la que el enfado te ayude a poner límites a algo que no te gusta o te hace daño?
  • La tristeza. La tristeza, al disminuir nuestra energía, nos invita a parar y a reflexionar sobre algo que hemos perdido o que no ha salido como esperábamos. Aparece con cualquier tipo de duelo: desde la muerte de un familiar, hasta un proyecto de trabajo en el que hemos puesto ilusión y no sale adelante. Ese espacio que nos da la tristeza nos ayuda a expresar lo que ha supuesto la pérdida para nosotras y a poder aceptar la nueva situación.
  • El miedo. El miedo es una emoción fundamental, ya que aparece para que revisemos si tenemos recursos suficientes para afrontar una situación potencialmente peligrosa. Por ejemplo, si es de noche y estoy volviendo a casa, quizás sienta miedo si tengo que cruzar un parque poco iluminado en el que se producen robos. En ese momento, a raíz del miedo que he experimentado, valoraré si realmente es peligroso y prefiero tomar otro camino, o si es una zona segura y puedo continuar por ahí.

Como ves, las emociones nos proporcionan información y nos movilizan para que hagamos algo con lo que nos está ocurriendo. Por ello es muy importante que nos paremos a escucharlas y que intentemos comprenderlas y validarlas, ya que si luchamos contra ellas, lo que ocurrirá es que subirán más de intensidad en un intento de transmitirnos el mensaje por el cuál han aparecido.

En el siguiente artículo, veremos la última parte de la gestión emocional: «darles salida».

Un comentario en “Las emociones, nuestras compañeras de vida. Parte 2: comprenderlas.

Deja un comentario