Las emociones, nuestras compañeras de vida. Parte 3: «darles salida».

En este tercer artículo sobre las emociones, vamos a ver la última parte de la gestión emocional: la importancia de dar salida a lo que sentimos.

De manera resumida, vamos a recordar los pasos de la gestión emocional:

Primero: aprender a tolerar las emociones (que puedes profundizar leyendo el artículo: Las emociones, nuestras compañeras de vida. Parte 1: tolerar la emoción), o lo que es lo mismo, permitirte experimentarlas y observar cómo las sientes y cambian de intensidad.

Segundo: comprenderlas (puedes profundizar en: Las emociones, nuestras compañeras de vida. Parte 2: comprenderlas); es decir, entender el mensaje que nos traen.

Y, por último, darles salida, ¡vamos a verlo!

La importancia de «dar salida» a las emociones

Como vimos en el artículo anterior, las emociones generan energía en nosotras, energía cuya función es movilizarnos. Vamos a ver una situación en la que la emoción que se genera en nosotras es enfado y cómo podríamos gestionarla:

Imaginemos que en el lugar en el que trabajamos tenemos una cocina donde comemos. Llevamos un par de días que cuando nos vamos a sentar a comer nos encontramos la mesa sucia, llena de migas y servilletas usadas, porque la compañera que ha comido antes no recoge lo que ha manchado. Supongamos que esta situación nos genera enfado, ¿Cuáles serían los pasos para gestionar el enfado?

  1. Permitirnos sentir esa emoción y observar la intensidad de la misma.
  2. Comprender el enfado ¿por qué ha aparecido esta emoción? ¿tiene sentido en esta situación? El enfado ha aparecido porque hay una situación que nos perjudica: la compañera no está respetando una regla básica de convivencia: limpiar lo que hemos ensuciado. Nuestro enfado tiene sentido y una función clara. Sólo con validarnos que estemos enfadadas es posible que baje de intensidad, ya que nos estamos comprendiendo y esto es algo que alivia mucho.
  3. Darle salida al enfado. Como decía anteriormente, las emociones aparecen para movilizarnos y ayudarnos. El enfado es una emoción que aparece para protegernos de algo que nos daña o molesta. En este ejemplo, la mejor manera de «dar salida» a la energía que se ha generado en nosotras, sería ir a hablar con la compañera: preguntarle si es consciente de cómo deja la mesa al terminar de comer y pedirle por favor que la próxima vez la recoja. Por lo general, para dar salida al enfado vamos a tener que hablar con la persona que lo ha generado, de manera que se solucione el conflicto. Si no lo hacemos, lo más probable es que la emoción se mantenga en el tiempo, hasta que la situación se haya solucionado.

Las emociones están para ayudarnos, te animo a que te pares a escucharlas, comprenderlas y darles salida. En lugar de evitarlas, te animo a que te preguntes ¿Cómo me puedo cuidar con la emoción que estoy sintiendo? ¿Qué necesito? Y si sientes que una emoción te invade, recuerda que tu eres mucho más que la emoción y que no estará ahí para siempre.

En el próximo artículo veremos en qué consiste la inteligencia emocional.

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