Desde que somos pequeños y estamos en la escuela, nos enseñan a compararnos con los demás, a intentar ser mejores que el resto. Lo que cuenta es quedar primero, ya sea en las notas que sacamos, en el deporte que practicamos… la regla de medir es la comparación y, para eso, competimos.
Te pregunto ¿de que sirve ser tan competitivos con los demás, cuando en el mundo profesional y en los deportes de equipo, lo que aporta valor es, precisamente, el trabajo en equipo, la cohesión, saber ayudar a los compañeros y en definitiva, crecer juntos? Si queremos apostar por la cooperación, la mentalidad tiene que ser otra: la competición y la superación tiene que producirse con nosotros mismos; así que, propongo lo siguiente:
Empecemos a marcarnos metas que dependan de nosotros mismos, tengamos claro que para conseguirlas y seguir crecimiento, la ayuda y cooperación con los demás es fundamental, y que machacar al que tenemos al lado, en realidad, no va a sumar, sino todo lo contrario, ya que no ayudará a que seamos mejores.
A continuación, vamos a profundizar un poco más en lo que supone cooperar, desde diversas perspectivas :
¿Cómo se define el éxito en la cooperación?
En el ambiente cooperativo prima el avance y la superación individual, mientras que en el competitivo, el objetivo es superar a los demás.
¿Qué se valora?
En el ambiente cooperativo se valora y evalúa el esfuerzo y el progreso, y en el competitivo la habilidad, los puntos y eventos ganados, por la comparación con los demás, olvidando el propio desarrollo y aprendizaje
¿Cómo se ven los errores?
En el cooperativo, los errores son parte del aprendizaje, del proceso de desarrollo personal , en el competitivo constituyen un fracaso, ya que lo importante es quedar primeros, no ponemos atención a si estamos mejorando personalmente, solo a si somos mejores que el otro.
¿En qué se concentra y pone los esfuerzos la persona?
En el cooperativo busca el avance personal, el aprendizaje, el desafío y alcanzar el máximo personal, en el competitivo, se fija más en las recompensas externas, como los reconocimientos, y mide su valía por la comparación con los demás.
¿En qué se centra el líder?
En el cooperativo en que se produzca aprendizaje y desarrollo, y en el competitivo prima la comparación con los demás.
Además, me gustaría añadir que si orientamos nuestra conducta y metas a la competición y comparación con los demás, podemos sufrir consecuencias negativas, entre las principales, estrés y pérdida de autoconfianza. Nuestra satisfacción va a depender de situaciones que no podemos controlar, ya que no depende de nosotros lo que hacen los demás.
