Entendiendo la dependencia emocional

Parte 1. Reacción emocional básica

El ser humano necesita la mirada de los demás y no es solo por una cuestión de autoestima. No se trata solo de que me pueda sentir más o menos valioso en función de la mirada del otro, sino que se activa en nosotros una reacción más profunda e instintiva. Esta reacción, que puede ser muy intensa, tiene que ver con nuestras necesidades más primitivas e innatas. Es la necesidad del bebé de ser visto. Cuando somos bebés ser vistos, tener una mirada atenta y de cuidado, es determinante para nuestra supervivencia.

Si ponemos atención a los bebés, nos daremos cuenta de cómo permanecen atentos a los gestos faciales de la personas con la que están y de cómo sus reacciones van cambiando a las diferentes caras que ponemos. Para un bebé es fundamental que los adultos que le rodean muestren señales de que están pendientes de ellos y que están contentos. En esa etapa de la vida, tener “la mirada del otro” es una cuestión de “vida o muerte”.

Pues bien, cuando somos adultos, también permanecemos atentos a la mirada del otro. Nos ocurre que, de manera automática, miramos la cara de los demás para detectar si la otra persona está contenta con nosotros o no (sus reacciones). Y, cuando percibimos gestos de desaprobación o rechazo, es fácil que de manera automática se despierte en nosotros una reacción similar a lo que sentíamos de bebés.

No somos conscientes de que ahora como adultos nuestra situación no es la misma que de bebés, ahora somos seres independientes y nuestra supervivencia no depende de manera tan intensa de los demás; pero sino ponemos consciencia, podemos experimentarlo como tal y dejarnos llevar por esa primera reacción emocional.

Por lo tanto, para comprender mejor la dependencia afectiva, tenemos que saber que hay una parte que se relaciona con esa respuesta básica, inconsciente e instintiva, que aparece dentro de la condición humana como necesaria para desarrollar vínculos.

Parte 2. Reacción emocional compleja e historia personal

Otros aspectos que influyen en la dependencia emocional son los comportamientos y aprendizajes que se relacionan con nuestra historia vital y otras necesidades humanas. Se trata de un tema complejo, así que para entenderlo mejor pondré algunos ejemplos:

  • Un ejemplo de creencia aprendida, es pensar que no somos capaces de valernos por nosotros mismos. Creencia de que necesitamos a alguien que nos proteja. También puede relacionarse con un sentimiento de inferioridad respecto a la otra persona o con una sensación de falta de competencias y recursos para ser independientes.
  • Como ejemplo de necesidades que podemos estar cubriendo en las relaciones de dependencia, también está la necesidad de apego (saber que hay alguien ahí para nosotros) y/o la necesidad de intimidad (saber que hay alguien ahí que nos comprende en el plano emocional).
  • También hay una parte relacionada con la necesidad de conservar nuestra identidad. Es decir, hay una parte de nosotros mismos, de lo que somos, que se manifiesta o realiza en la relación con esa persona. Por ello, cuando se termina una relación, puede haber un sentimiento de pérdida de uno mismo, ya que esa parte nuestra que se mostraba con esa persona, deja de existir, al menos, durante un tiempo.

¿Cómo abordar la dependencia emocional?

  1. Observar y tomar consciencia de las emociones que se producen en nosotros (su intensidad, forma…) ante las reacciones de la otra persona. Quizás descubramos reacciones emocionales intensas relacionadas con la respuesta instintiva que explicaba en el apartado anterior.
  2. Identificar las necesidades que estamos intentando cubrir en esa relación (de intimidad, apego, identidad…).
  3. Comprender nuestras reacciones emocionales y nuestras necesidades, es el primer paso para encontrar otras formas de gestionarlas más funcionales, que no impliquen seguir con esa persona. En definitiva, se trata de entender qué es lo que nos está manteniendo “esclavos” de esa relación.

Aunque he intentado dar alguna pincelada sobre la dependencia emocional en este artículo, se trata de un tema muy complejo por todos los factores que pueden estar influyendo. Así que si sientes que es tu situación, quizás pedir ayuda profesional pueda ser una buena opción.  

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